TTE270
Página | 88
excavación principalmente, “las que han de ser excepcionales (ya que la APre busca
excavar lo menos posible, y así conservar los sitios para el futuro), teniendo conciencia de
que, del sitio excavado lo único que quedara será la documentación y materiales que de él
se extraigan” (Querol, 2020, p. 322).
En este caso solo nos enfocaremos en los procedimientos de primera fase, que van en busca
de reforzar los actuales mecanismos de protección de los sitios arqueológicos y otorgarles más
herramientas que son necesarias para la protección, conservación in situ de los hallazgos y los
contextos, mediante la planificación territorial y creación de zonas protegidas que deberán tener
un tratamiento especial acorde a lo aquí establecido.
De acuerdo a Verdugo, este tipo de planeamientos ya reconocidos en diferentes normas en
Europa, y representados en Cartas Arqueológicas, permiten conocer el patrimonio de un territorio
para facilitar su tutela, mediante la declaración de Zonas Arqueológicas, y su protección
incorporándolas a los instrumentos de planeamiento urbanístico, facilitando el diseño de
estrategias de desarrollo sostenible (Verdugo, 2017).
Si bien estas propuestas de gestión y medidas de protección van dirigidas principalmente a
los monumentos conocidos hasta hoy, ¿es posible orientarlas a un resguardo preventivo para
futuros monumentos arqueológicos que sean detectados? ¿Es posible pronosticar la ubicación de
sitios arqueológicos?
Para responder estas interrogantes debemos situarnos en las posibilidades que tenemos hoy
en día, y responder de acuerdo a los medios que se disponen. Por lo que podemos afirmar que, no,
no es posible acertar concluyentemente sin equivocación un pronóstico de ubicación de sitios
Made with FlippingBook Ebook Creator