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(SIG) emergen en este contexto donde se pretende “raciona lizar el paisaje y los factores que lo

componen en un lenguaje estructurado o matemático, una pretensión que por otra parte puede ser

común a todas las ciencias” (García, 2012, p. 126).

Según Criado Boado (1999) la arqueología del paisaje estudia el paisaje como producto

humano que utiliza el espacio físico para crear una nueva realidad a la que llama espacio social.

Ese espacio social se desarrolla en un espacio físico que se constituye bajo el concepto de territorio

en cuanto es una construcción política del mismo. Según Verdugo (2017) “el territorio ya no es

solo el espacio en que discurren acontecimientos, sino que también es el modo en que se utilizan

los recursos existentes… Y es también el resultado de la interacción entre capital físico, humano,

soc ial, cultural y tecnológico” (Verdugo, 2017, pp. 38 -39).

Con base en la Arqueología del Paisaje, para ejecutar las diferentes fases de análisis que se

explicarán más adelante, se realizará el uso de herramientas SIG adaptados a este tipo de

investigación, las que:

pueden emplearse conforme a las necesidades que genera cada estudio, generalmente

los datos recabados que entran a formar parte de un SIG requieren un proceso de trabajo

previo o gestión de los datos, … que no constituye en sí mismo un análisis espacial… por

otra parte, los análisis espaciales realizados con un SIG requieren la gestión y manipulación

de los datos espaciales (García, 2012, p. 129).

De acuerdo al modelo propuesto por Criado Boado, estos datos espaciales se ven, como

elementos formales concretos que representan parte de las dimensiones del paisaje comprendido

por la sociedad.